Invertir en un calzado nuevo

A la hora de entrenar, y más aún cuando se realiza impacto, un buen calzado es fundamental, ya que nos sirve para un mejor sostén y una mayor comodidad, lo que sin duda beneficiará el rendimiento en el ejercicio y se evitarán malas posturas y lesiones.

Como primera medida, debemos saber determinar cómo es nuestro pié y los defectos que tenga, dado que es el encargado de soportar todo el peso del cuerpo y trasladarlo. El arco es muy importante y el calzado ideal puede variar según se tenga mucho o poco arqueo. Le recomendamos consultar con un traumatólogo que haga un diagnostico de su caso.

Cuando vaya a comprar sus nuevas zapatillas, no dude en llevar las viejas para saber qué tipo de movimiento realiza con frecuencia. Pruebe los diferentes modelos que le ofrecen en ambas extremidades. Tenga en cuenta que así como una mano, un brazo o un ojo no es igual que el otro, nuestros piés tampoco lo son.

Algo que no debe dejar pasar es que el calzado le ajuste bien para evitar movimientos involuntarios. Lo ideal es que elija un modelo aireado para permitir la correcta sudoración. De todos modos, más allá de estas características, hay algunas otras que resultan básicas:


- Amortiguación: Generalmente, está ubicado en el talón. Tiene la finalidad de absorber la energía y neutralizar el posible rebote que resulta de apoyar el pie bruscamente en el suelo.

- Canales de flexión: Son unos cortes transversales para favorecer la libre flexión de la articulación del metatarso y facilita aún más la flexibilidad en esa región para evitar cualquier tipo de lesión en la planta del pie.

- Rollbar: accesorio construido de distintos materiales según la marca para controlar la excesiva pronación (al andar, es el giro natural del pié hacia adentro)

- Barra de torsión para evitar torceduras y hace que la parte anterior de la zapatilla trabajen en distintos tiempos.

Por último y, si tiene la posibilidad económica, haga una buena inversión y compre un buen producto. Muchas veces, termina siendo más costoso un tratamiento kinesiológico por haber comprado un calzado barato.