lunes, 8 de junio de 2009

Comida rápida y ejercicio, ¿el equilibrio perfecto?

Por ilógico que suene, un reciente estudio reveló que la mayoría de las actitudes saludables de las personas suelen acompañarse por otras poco razonables

Una hamburguesa para almorzar y lechuga para cenar. Un cigarro después de ir a correr. Pizza y cerveza para paliar la tristeza. ¿Suena normal? Lo es, según un nuevo estudio.

Más de la mitad de 10.300 personas entrevistadas en la encuesta global Healthy Living, llevada a cabo por la empresa Synovate, explicaron que comen lo que quieren cuando quieren y un tercio dijo que le gustaba tanto la comida rápida que no podía dejarla.

Otro tercio de los encuestados afirmó que solía comer comida rápida cuando se sentía mal. Pero una de cada cuatro personas entrevistadas en 12 países también dijo que hacía algo para compensar sus costumbres poco sanas haciendo ejercicio o reduciendo la cantidad de comida, cigarros o alcohol.

Entre los chinos consultados, este número ascendía a uno de cada siete. "Puede que estas actitudes no tengan sentido pero cuando se trata de comida, salud y control de peso, la gente tiene actitudes contradictorias", dijo Steve Garton, director de medios de Synovate.

"Hicimos el mismo estudio en 2007 y parece que la gente no está menos confundida ahora respecto a la comida de lo que estaba entonces. Todo depende de si pensamos en la comida como un placer o como un carburante (...) y parece que la mayoría de la gente mezcla ambas", añadió.

Mientras casi la mitad de los estadounidenses y los británicos dicen que no pueden dejar la comida rápida, los estudios revelan que Bulgaria es el país con más adictos a este tipo de comida, donde casi el 70% de los encuestados acuden frecuentemente a un puesto de comida chatarra.

Los países en los que es menos popular son Suecia y Malasia, donde sólo una de cada cinco personas afirmaron necesitarla. Quienes comerían para levantarse el ánimo son las mujeres británicas y estadounidenses, según el estudio, dado que casi la mitad de las encuestadas dijeron que comían cuando se sentían mal.

"La reacción automática a las malas noticias o al aburrimiento es muchas veces una taza de té y algo dulce para acompañar", dijo Jill Telford, consejera delegada de Synovate en el Reino Unido. "Al igual que eso, un mal día puede mejorar con un vaso o dos de Chardonnay por la tarde", añadió.

Para controlar el aumento de peso la mayoría de la gente encuestada dijo que aumentaba su actividad física y reducía la cantidad de comida ingerida. Los países en los cuales más se reduce la cantidad de comida son, entre otros, los Emiratos Árabes Unidos, Brasil, Estados Unidos, España, Reino Unido y Canadá.

Los españoles y los brasileños son los que tienen mayor tendencia a hacer lo que sea por perder peso para estar guapos, lo que va de la mano con la cultura de playa de ambos países.

"Casi la mitad de los encuestados asocian los errores con la elección de la comida en lugar de con las vidas sedentarias, lo que nos devuelve a la complicada cuestión sobre el papel que tiene el alimento en nuestras vidas", explicó Garton.

El estudio se llevó a cabo a través de internet y de entrevistas en profundidad realizadas en febrero del 2009 en 12 países: Brasil, Bulgaria, Canadá, China, India, Malasia, Países Bajos, España, Suecia, Emiratos Árabes Unidos, Gran Bretaña y Estados Unidos.

Cómo cuidar la vista en la nieve

Al reflejarse luz solar en la nieve hace que la cantidad de rayos solares que llegan a los ojos se vea aumentada entre un 70 a 90% más que lo habitual. Para la práctica del ski, las lentes deben ser plásticas de gran resistencia a los impactos

En la altura la absorción de los rayos que genera la atmósfera se ve reducida, por ejemplo, a 1.000 metros de altura recibimos un 10% más de rayos solares.

Todo esto hace imprescindible que las lentes que utilicemos bloqueen entre el 99 y el 100% de los rayos UV, es por ello que es importante elegir un producto de una marca reconocida que nos garantice que este filtro realmente existe.

Profesionales de representantes de la firma Bollé destacaron que las antiparras de la línea tienen una lente doble de policarbonato que brindan una calidad superior y garantizan una protección óptica de la visión.

Es importante aclarar que el filtro UV de una lente no está relacionado con lo oscura que la lente sea, ya que una lente puede ser muy oscura y no tener un buen filtro UV.

En la práctica del ski, se está expuesto a caídas y golpes, por lo que los anteojos deben ser de lentes plásticas de policarbonato de gran resistencia a los impactos y con formas panorámicas que aseguren una eficiente cobertura de los ojos.

Los armazones deben ser muy livianos y con un buen calce que asegure que no se muevan ni se nos caigan mientras esquiamos.

Los modelos Zimmer y Quazar, por ejemplo, utilizan la tecnología equalizer que cuenta con una ventilación respirable y a prueba de agua para eliminar cualquier acumulación de humedad.

Tanto las lentes de los anteojos como de las antiparras, al ser de un material plástico son fácilmente rayables, por lo que también es recomendable que posean un tratamiento anti scratch que aumente la resistencia a las rayaduras.

miércoles, 3 de junio de 2009

El sushi ahora tiene una versión "light"

Que el sushi es un alimento "light" es uno de los tantos mitos alimenticios arraigados en la sociedad actual. En un intento por derribar esta falsa creencia, el doctor Máximo Ravenna explica por qué esta "delicia oriental" puede ser un arma de doble filo para quienes siguen un régimen para bajar de peso.

"Los famosos rolls engañan porque tienen salmón y langostinos, ingredientes livianos y saludables. Pero, aunque cueste creerlo, hay una ingesta de calorías importante", explicó el experto en Infobae.com.

Estos bocaditos de pescado crudo y arroz cocido provocan cierta adicción: se lo come sin control ni medidas. "Las piezas entran en la boca fácilmente y en forma automática y, como no es pesado ni produce sensación de saciedad, las calorías van entrando y uno casi ni lo nota", aclaró.

"Es como un paquete de galletitas. Te comés una y al rato otra y otra, porque uno lo hace automáticamente, se automatiza un reflejo. Y hasta que no terminás el paquete, no parás", aseguró.

El nutricionista de los famosos hizo hincapié en la "saciedad tardía" de esta comida oriental. "No hay grasas fuertes que te hagan decir 'estoy lleno' o el típico 'me comí todo' que viene después de comer pesado. Uno apenas se siente hinchado, pero no se da cuenta de que sí existe un alto aporte de calorías", declaró.

El sushi también "enamora" al comensal por su sofisticación, por su estética minimalista y por su refinamiento "cool". "La ambientación, la pausa, los mozos orientales, la música. La suma de las partes es un todo que seduce", declaró.

Y, frente a ese contraste de sabores agridulces y delicatessens culinarias que se desplegan en la bandeja, los fanáticos se sienten hipnotizados llegando a comer, al menos, veinte piezas.

"Es lo mismo que comer un bife de chorizo de gran tamaño con una generosa guarnición. Terminás ingiriendo entre 600 y 700 calorías, lo que no es poco si estás siguiendo una dieta alimenticia”, sentenció Ravenna.

Menú bajas calorías
El sushi es rico, sano, sofisticado y, como si algo le faltara para alcanzar la perfección, también puede ser "light". Según Ravenna, la clave está en variar los componentes.

"Uno de los principales ingredientes del sushi es el arroz, una gran fuente de carbohidratos. Entonces, la idea es variar el componente y condimentarlo con una salsa de soja cero calorías", aseguró el experto.

Para transformarlo en una opción "light", Ravenna aconseja usar menor cantidad de arroz, menos salmón o langostino y más cantidad de vegetales.

"Se preparan con un criterio totalmente diferente, aunque guardando cierta similitud. Al roll se lo rellena con elementos de baja densidad energética, más sustancia vegetal y animal, y mucho menos arroz que el que ya tiene", relata.

Ravenna y Sushi Club
El menú "light" de Ravenna ya puede conseguirse en Sushi Club. Consta de varias opciones de entradas, platos principales y postres que incluyen piezas de sushi, pescado, pinchos de pollo, frutas o un postre cítrico, tres pasos que en total suman entre 250 y 350 calorías.

Algunas de las opciones que incluye el menú son ostra gratinada con queso brie, acompañadas de pickle de mango con chips de salmón y mix de mizuna y espinaca baby; wok de vegetales con opción de agregar lomo o pollo o combinado de sushi, que incluye niguiris de salmón, nut maki (relleno de arroz, salmón ahumado, queso Philadelphia, espárragos, palta y nuez, envuelto en alga nori) o Ravenna Roll (relleno de salmón ahumado, kanikama, queso Philadelphia y repollo, envuelto en morrón amarillo), entre otros.

Como si fuera poco, el menú incluye postre: ensalada citrus (gajos de pomelo, mandarina y naranja, con granita de mandarina y jengibre) o frutas de estación.

Actividad física en el embarazo beneficia a la mamá y el bebé

Con ejercicios adaptados a las posibilidades y gustos de cada mamá, es posible trabajar hasta último momento en la postura y la comodidad, pensando en el parto y la recuperación posterior. Hacer gimnasia previene diabetes gestacional, dolores de espalda y calambres

Al comienzo del embarazo -sobre todo las madres primerizas- suelen tener miedos respecto a la práctica de actividad física, más allá de que en los últimos años se han difundido de manera muy significativa los beneficios que implica la práctica de ejercicio durante los nueve meses de gestación.

Sin embargo, es importante que la gimnasia esté adaptada no sólo a las condiciones físicas de la mamá, sino también a sus gustos y capacidades. También debe tenerse en cuenta que a medida que pasan los meses la movilidad se reduce, situación que hace necesaria la modificación de determinadas rutinas.

Hay que coordinar con el médico qué actividad conviene realizar
"Sabemos que las mujeres que hacen ejercicio durante el embarazo tienen menos probabilidades de desarrollar ciertas afecciones como por ejemplo diabetes gestacional, pero además son capaces de manejar mejor los cambios anatómicos y fisiológicos, así como también mantener la aptitud y capacidad musculoesquelética", afirmó Raúl Artal, director de Obstetricia, Ginecología y Salud de la Mujer de la Facultad de Medicina de la Universidad de San Luis en Estados Unidos, quien además señaló: "Una vez que el embarazo está concluyendo también se ven los beneficios de la práctica de actividad física no sólo porque el alumbramiento es mejor y la recuperación posterior más rápida, sino porque además el bebito suele tener el ritmo cardíaco fetal más bajo".

Por su parte, desde el Colegio Estadounidense de Ginecólogos y Obstetras (ACOG por sus siglas en inglés), recomiendan la realización de rutinas de al menos 30 minutos diarios de ejercicio moderado, pero aclaran que es necesaria la realización de una consulta previa para coordinar -entre el médico y la mamá- el esquema y definir la elección del trabajo a realizar.

"Para elegir que tipo de trabajo hacer, una mujer debe tomar en cuenta su nivel de preparación anterior al embarazo. En los casos en los cuales la mujer era sedentaria, lo mejor es comenzar paulatinamente, sin hacer grandes esfuerzos", sugirió el doctor Artal.

Entre las actividades "preferidas" por los que más saben, se cuentan la natación, el yoga, las caminatas o el trote pausado, la danza, pilates, los bailes más "movidos" como la salsa, la bicicleta fija y el trabajo aeróbico en general.

"Más allá de combatir el exceso de peso y de los beneficios que puedan tener la mamá durante el embarazo y una vez producido el nacimiento del bebé, el ejercicio contribuye a evitar los dolores de espalda y los calambres, dos de las molestias más frecuentes durante la gestación. Si bien es importante considerar y prestar atención al gusto y el deseo de cada mamá, es importante que la gimnasia sea tenida en cuenta", refirió Bernardo Raúl Löwenstein, jefe del servicio de Obstetricia de la Clínica y Maternidad Suizo Argentina (CyMSA).

Los "prohibidos"
Sin embargo, cuando se trata de ejercitarse durante la gestación, no todos son beneficios o puntos a favor pues los especialistas enfatizan que hay determinadas actividades que comúnmente son riesgosas o implican determinado grado de exposición física que ese estado puntual, sería mejor descartar definitivamente.

Una de ellas es el buceo, aunque también integran la lista andar a caballo, esquiar y practicar deportes de raqueta "rápidos" o violentos como el squash; aunque también deben descartarse el hockey, el fútbol femenino, el básquet y el voley.

"Siempre es importante que sean trabajos en los cuales no se comprometa el abdomen, es decir que no exista riesgo de trauma en la zona del vientre", concluyó Artal.

Algunos cuidados que es necesario tener en cuenta
- Evite hacer ejercicio hasta el punto del agotamiento o la falta de aire.

- Descarte realizar actividad física cuando haga mucho calor.

- Durante el segundo y el tercer trimestre, evite trabajos que impliquen estar de espaldas, porque disminuye al flujo sanguíneo a la matriz.

Qué conviene comer antes de hacer ejercicio

La alimentación es un pilar fundamental para desarrollar un buen entrenamiento físico, así como para lograr los objetivos propuestos. Así es que además de cuidar la dieta a diario, se debe prestar atención a lo que se ingiere, o no, previo al ejercicio

Así como la alimentación postesfuerzo adquiere particularidades para propiciar la recuperación, la comida anterior al entrenamiento, la competencia o cualquier actividad física, necesita cumplir con algunas características para favorecer el desempeño deportivo y el rendimiento durante ese período de tiempo.

Por empezar, la comida previa al esfuerzo debe realizarse entre 2 y 4 horas antes, de manera que el estómago no esté lleno en el momento del esfuerzo y sea una potencial causa de alteraciones físicas, según publicó el sitio Fitness On Line.

Asimismo, la alimentación de ese momento debe contener un mínimo de 100 a 200 gramos de carbohidratos complejos, es decir, pastas, arroz, pan, galletas, legumbres, cereales en general. Con esto se logrará una comida de bajo índice glucémico, la cual elevará la glucemia lentamente en el organismo y así, además de proporcionar una adición final de glucógeno muscular, permitirá un mayor rendimiento o un retraso de la aparición de fatiga a causa de una hipoglucemia.

Por otro lado, como el vaciamiento gástrico al momento del esfuerzo debe ser relativamente completo para no crear distensiones ni malestares que obstaculicen el entrenamiento, es importante limitar las grasas en la comida, pues estas prolongan el tiempo de digestión y ocupan por más tiempo el estómago.

Además, si bien es fundamental que se cubran las necesidades de proteínas a diario, para mantener una masa muscular en condiciones, en el momento previo a la actividad, es necesario que la cantidad de proteínas no sea excesiva, pues estas también mantienen ocupado al estómago. Aunque una mínima proporción es inevitable en una preparación rica en hidratos complejos.

Otro punto fundamental en la comida anterior a la competencia o el esfuerzo físico, es la ingestión de líquidos que debe ser de un mínimo de 400 a 600 ml unos 15 minutos previos al inicio de la actividad. De esta forma, evitamos una pérdida de agua precoz que afecta significativamente el rendimiento deportivo.

Por supuesto, es aconsejable llegar a esta comida con niveles óptimos de cada uno de los nutrientes, incluyendo vitaminas y minerales, ya que en unas pocas horas antes del esfuerzo no se pueden reponer pérdidas ni tener los depósitos en perfectas condiciones. Sin embargo, el momento previo al entrenamiento es fundamental para que durante el mismo, el rendimiento sea significativo, la aparición de fatiga se retrase, la deshidratación no logre aparecer y los niveles de glucemia propicien el desempeño del deportista.

Entre algunos de los ejemplos de preparaciones que sirven para alimentarse unas 2 a 4 horas previas al esfuerzo, podemos nombrar, espaguetis con salsa de tomate, yogur con cereales, una fruta y leche con cereales, tostadas con jalea, papas al horno, ensalada de lentejas, entre otras.

Cada una de las opciones debe acompañarse de la ingesta de líquidos.

Finalmente, es indispensable comer como máximo unas 4 horas antes de la actividad a realizar, de lo contrario, el cuerpo estará vacío, con las reservas ya a punto de ser utilizadas y prontamente experimentará fatiga, debilidad y así, entorpeceremos el rendimiento físico.