Estar en forma, alcanzar el ideal, llegar al verano, vestirse a la moda, son algunas de los mensajes que se nos transmite en los medios de hoy en día y hay quienes los toman muy en serio. A veces, el afán por alcanzar metas difíciles hace que cometamos errores.
Los quemadores de grasa y otros productos similares se han convertido en moneda corriente y objeto de exhibición de las vitrinas de muchos gimnasios pero ¿son un mito o realmente funcionan? Aquí le detallamos los diferentes componentes y sus efectos en el cuerpo.
Un componente típico de estos productos es la L- Carnitina. Se cree que es compuesto análogo a las vitaminas cuya función es la de facilitar el transporte de ácidos grasos de cadena larga para la producción de energía. Esto no es así y según las investigaciones no afecta a la energía muscular ni al metabolismo de las grasas. Además, el cuerpo produce por sí sólo la cantidad necesaria de este componente para la correcta oxidación de los lípidos.
Otro componente que vamos a encontrar en la parte de atrás de los envases es la colina e inositol, ambos pertenecientes al complejo vitamínico B. Tiene fama de contribuir a la eliminación de grasa subcutánea pero esto no se ha podido comprobar científicamente que así sea, ni siquiera aplicando megadosis.
Uno de los componentes, a lo mejor el más nombrado o conocido es la efedrina, un alcaloide que actúa como vasopresor y broncodilatador. Es también un estimulante del sistema nervioso. Es por esto que algunos quemadores de grasa contienen este elemento porque aquellos que estén bajo un tratamiento hipocalórico mal diseñado tienden a sufrir debilidad, mareos, apatía mental y otros síntomas. El consumo en altas dosis de esta sustancia ayuda a paliar estos estados, además de acelerar el metabolismo, aumentar la lipólisis, reducir la fatiga y aumentar la atención. Pero de la misma manera produce efectos adversos como dolores de cabeza, alteraciones del ritmo cardíaco y ansiedad.
Existe una hormona llamada trydotironina que se suministra en caso de mal funcionamiento de la glándula tiroides.
Algunos deportistas lo utilizan para mantenerse en determinado peso o reducir la grasa corporal por su efecto acelerador del metabolismo. Pero el uso indiscriminado de esta hormona puede traer graves consecuencias, algunas de ellas irreversibles como el hipotiroidismo en caso de cese abrupto de consumo.
Estos son algunos de los componentes de aquellos productos que se presentan como “milagrosos” pero que bastante lejos están de serlo. No hay nada más eficaz que una dieta balanceada y un buen entrenamiento aeróbico para la reducción de los tejidos grasos sin recurrir a elementos que posiblemente aceleren el objetivo pero a un precio alto. En este caso, el fin no justifica los medios.
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