Espermicidas: son productos químicos que deben ser introducidos en la vagina antes de las relaciones sexuales, y alteran o matan directamente a los espermatozoides, su protección dura unas horas. Este método únicamente protege contra el embarazo, no contra infecciones de transmisión sexual.
Capuchón cervical: Método novedoso similar al diafragma, pero más simplificado, pues cubre sólo el cuello del útero o matriz. Este método únicamente protege contra el embarazo, no contra infecciones de transmisión sexual.
Diafragma: consiste en una esfera de goma fina que en su borde lleva un aro metálico flexible protegido por goma. Se coloca en el fondo de la vagina, se puede colocar 2 o 3 horas antes de las relaciones. El ginecólogo es quién debe aconsejar el tamaño y la forma de uso. Este método únicamente protege contra el embarazo, no contra infecciones de transmisión sexual.
Esponja vaginal: Consiste en un círculo de poliuretano que se coloca en la vagina y tiene una pequeña cinta que facilita su extracción. Lleva espermicida, y su colocación es similar a la del tampón. No retirar antes de 6 horas tras el coito; puede colocarse varias horas tras el mismo.
Anticonceptivos orales: Los anticonceptivos orales son el método reversible más eficaz para evitar el embarazo. La mayoría están compuestos por dos tipos de hormonas femeninas: estrógenos y gestágenos, que produce la mujer normalmente. Al ingerir las pastillas su efecto será impedir la ovulación, ya que sus efectos son evitar que el óvulo madure.
Anticonceptivos hormonales: existen vía intravenosa y se pueden administrar mensual, bimestral o trimestralmente, otros son en forma de implantes subdérmicos e inyección de microcápsulas en dermis. Estos métodos sólo evitan el embarazo, no protegen contra infecciones de transmisión sexual.
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