La reconoceremos fácilmente por la textura de piel de naranja; la piel está adherida profundamente y no podremos pellizcarla con facilidad, notaremos la presencia de nódulos como lentejas o guisantes al pasar los dedos por la piel, y al palparnos esa zona puede incluso a producirnos algo de dolor, el tejido celular subcutáneo está duro y puede haber alteraciones circulatorias (varices, capilares, etc.).
Independientemente del peso, la edad o el deporte que se haga, el caso es que este mal afecta mayoritariamente a la mujer, un 90% de nosotras, frente al 15% de hombres que se ve afectado, aunque los lugares de aparición son diferentes en uno y otro sexo. En los hombres suele aparecer en el cuello y en la parte superior del abdomen, mientras que en las mujeres los lugares más comunes son la zona abdominal y por encima del ombligo, cartucheras y caderas, región sacro-lumbar y en las nalgas, muslos (cara interna y externa) , rodillas, piernas y tobillos, zona cervical (joroba de bisonte), y con menos frecuencia y por causa de la menopausia aparece en la parte superior de los brazos.
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