Una conocida frase sostiene, palabras más palabras menos, que una persona es lo que come. Desde este punto de vista el alimento puede ser considerado una "complicación" o, centrándose en los aspectos positivos, una herramienta que genera bienestar y contribuye al desarrollo de una vida saludable.
Éste es, justamente, el enfoque que plantea el nuevo paradigma en nutrición que está comenzando a ver la luz en la Argentina y que en otros países del mundo ya es una constante.
La opinión de los que saben
Considerando el alimento como una cuestión central a tener en cuenta no sólo para vivir mejor sino también para prevenir el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes, la nutrición personalizada basada en el equilibrio y la educación de la población propone una plataforma básica que debe tenerse siempre presente: una alimentación saludable, la realización de actividad física y el manejo del estrés.
En algunos casos, estas tres instancias son suficientes para detener la progresión de una determinada enfermedad antes de que aparezcan sus primeros síntomas. Pero en otros hay que trabajar una vez que la condición ya está instalada para mejorar el cuadro.
Para una u otra situación, el nuevo paradigma en nutrición incorpora un elemento más: los alimentos funcionales que ingeridos diariamente ayudan a que el organismo pueda contar con sustancias y nutrientes que son difíciles de consumir -en las cantidades necesarias- en forma convencional.
"Los alimentos funcionales no sólo son aliados importantes en la alimentación diaria sino que además representan el futuro. Si bien en nuestro país todavía hay relativamente poca variedad, en otros sitios hay muchos más y eso sin lugar a dudas es muy bueno porque de continuar alimentándonos como lo estamos haciendo, en el año 2030 vamos a tener un mundo de obesos. En cambio, si comenzamos a incorporar nutrientes y alimentos a productos lácteos o de otro tipo que se compran en el supermercado, estaremos logrando un gran avance, dado que en general la gente no va a ir a buscarlos en su fuente natural. Con suerte en algún tiempo más vamos a tener mucha más disponibilidad como para combinar dos o tres alimentos funcionales al día", consignó la doctora Mónica Katz, médica especialista en nutrición, codirectora de la carrera de Médico Especialista en Nutrición con orientación en obesidad de la Universidad Favaloro, durante la presentación de Vidacol, un nuevo alimento funcional con fitosteroles desarrollado por La Serenísima - Danone.
Los fitosteroles son elementos naturales contenidos en las plantas que poseen una estructura similar a la del colesterol, razón por la cual pueden "competir" contra él y darle batalla, contribuyendo a su reducción. Otra de las ventajas es que no se acumulan en el organismo sino que el excedente es eliminado por la bilis.
Contenidos en aceites vegetales no refinados como el de oliva, las nueces, las legumbres y los cereales, la dieta occidental no aporta la cantidad que de acuerdo con las guías internacionales más reconocidas sobre el tema debería ingerirse en situación ideal (dos gramos al día). Por esta razón es tan importante su inclusión en leches, yogures, quesos y otros alimentos que son de consumo habitual.
Según el Instituto Nacional de Alimentos, "se considera que un alimento es funcional o producto de diseño cuando pruebas científicas avalan que su consumo frecuente previene o resuelve determinados problemas de salud. Son ejemplo de estos desarrollos la creciente oferta de productos fortificados o enriquecidos, así como la de alimentos libres de algún componente considerado nocivo (alergenos, grasa y otros)".
No obstante, la doctora Katz, también directora del curso de Posgrado en Nutrición Clínica de la Universidad Favaloro refirió: "Por supuesto que el consumo de alimentos funcionales -que puede ser diario pues no presentan ningún de tipo de contraindicación- no reemplaza a los fármacos hipolipemiantes o reductores del colesterol que toda persona con desajustes en sus lípidos debe ingerir. Se trata, simplemente, de una herramienta más en la lucha contra las enfermedades no infecciosas que son el gran drama del siglo XXI y que, junto con la actividad física y el manejo del estrés, puede ayudarnos a dar un pasito más en la construcción de un esquema de vida saludable".
De biomarcadores y chips
Siguiendo con la nueva concepción en nutrición para la cual es fundamental contar con un paciente informado y educado que pueda tomar las mejores decisiones para su propio bienestar sin necesitar al médico especialistas constantemente a su lado, otra pieza clave es la posibilidad de contar con biomarcadores que permitan comprobar -mediante un dosaje el fluído y durante la consulta- si la persona consumió determinado alimento o sustancia.
Asimismo, la doctora Katz remarcó la importancia de contar con otros aportes: "Imagino un futuro en el que conociendo la información genética de cada persona, mediante un pequeño chip el profesional pueda prescribirnos desde pequeños lo que podemos comer pues poseemos intactos los mecanismos fisiológicos necesarios para metabolizar los alimentos; lo que nos beneficia ingerir en cantidades superiores porque no lo producimos, y lo que debemos evitar ya que nos enfermará".
Prevalencia de enfermedades relacionadas con la alimentación
La alimentación posee un rol central sobre todo en el control del nivel de colesterol, factor clave en la prevención y abordaje de las enfermedades cardiovasculares (ECV).
Esto es muy importante si se considera que, tal como afirmó en la reunión el doctor Ricardo Iglesias, miembro titular de la Sociedad Argentina de Cardiología y director académico del Departamento Cardiovascular del Sanatorio de la Trinidad Mitre, "en nuestro país, el número aproximado de personas aparentemente sanas con elevadas cifras de colesterol es mayor al 30 por ciento. Esto quiere decir que la cifra de personas bajo el riesgo de eventos vasculares es claramente impresionante".
"La prevención de las enfermedades relacionadas con el colesterol -un factor de riesgo que si bien es altamente peligroso, también presenta una rápida retracción pudiendo notarse cambios positivos en sólo tres meses- no es una tarea que comprenda sólo a los cardiólogos pues estamos frente a un enemigo sistémico que nace con nosotros y nos complica desde chicos. Por eso hay que cambiar, hay que modificar hábitos para lograr cambios a largo plazo", postuló el doctor Iglesias quién concluyó: "Una persona que tuvo un infarto tiene tres veces más riesgo de sufrir un stroke o accidente cerebrovascular; mientras que una persona que tuvo un ACV presenta riesgo aumentado cuatro veces de sufrir un infarto".
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