jueves, 29 de octubre de 2009

Enseñar a nadar a bebés evita accidentes en el agua

Por matronatación se conoce una técnica que lleva casi 50 años en el país bajo el lema "a nadar se aprende jugando". Su creadora dijo a Infobae.com que se trata de "una práctica reconocida en todo el mundo por sus efectos favorables para el crecimiento y desarrollo"

Matronatación cumple 50 años el próximo diciembre. Es el método creado en 1960 por la doctora en Psicología Patricia Cirigliano para la Primera Escuela Argentina de Natación para Bebés. Argentino, original y pionero en el mundo, matronatación "es siempre una fiesta para padres e hijos desde que se cae el cordón umbilical hasta los cinco años", según su mentora.

Para ella, "es algo más que disfrutar y divertirse: al practicar matronatación la familia realiza en forma simultánea un doble programa educativo, ya que por un lado aprende a nadar y por el otro conoce cómo evitar los accidentes y sabe cómo actuar en forma instantánea ante una emergencia acuática".

Bajo el lema "a nadar se aprende jugando" miles de niños argentinos y extranjeros lograron habilidades y destrezas para toda la vida.

"Una inteligencia despierta, autoestima y excelentes vínculos amorosos acompañan este método inteligente", detalló Cirigliano, quien remarcó que la práctica es "reconocida por los médicos pediatras del mundo por sus efectos favorables para el crecimiento y desarrollo sanos".

En las condiciones apropiadas, (ambiente saludable, aire y agua pura y pedagogía amorosa) las familias comparten las encantadoras hazañas de los más chicos mientras ganan, clase a clase, en seguridad y autocuidado.

"Desde el inicio, bastarán apenas seis semanas para que los pequeños sean capaces de controlar su respiración bajo el agua y buscar la superficie ante un 'chapuzón' inesperado", explicó la profesional y agregó: "Zambullir como una flecha, bucear buscando pececitos o juguetes, reír bajo el agua con evidente control respiratorio y avanzar con increíble elegancia para tan corta edad, son técnicas que aprenden dulcemente en matronatación".

Cirigliano prosiguió: "Nadando ya los estilos tradicionales, al llegar a los cuatro años alcanzan la habilidad motora y la serenidad emocional suficiente para permitirles después de una caída al agua vestidos, despojarse metódicamente de la ropa y emerger nadando hacia un lugar seguro".

Durante varias décadas Cirigliano presentó las investigaciones, realizadas con el equipo médico y docente institucional, en congresos nacionales e internacionales en Italia, Japón, Suecia, los Estados Unidos, Francia, México, Rusia, Grecia y España.

La Primera Escuela Argentina de Natación para Bebés alzó el estandarte de los derechos de los niños para que sean respetados a la hora de iniciarlos en el agua y para que sólo se admitan el bienestar, la risa y el juego propios de la edad, rechazando cualquier tipo de adiestramiento que les provoque tensión, gritos o llanto.

"Matronatación educa a la familia para convertir a los niños en nadadores seguros y a sus padres en cuidadores responsables", consideró la profesional, para quien "del mismo modo que a un niño que sabe correr no le permitiríamos cruzar solo una ruta, no dejaríamos a los bebés nadadores expuestos a sus solas fuerzas en un pretendido autorescate".

Cirigliano coincide con afirmaciones de la prestigiosa Academia Americana de Pediatría, que asegura que "los programas que anuncian que los niños luego del curso serán capaces de autorescatarse y salvarse dan a los padres una falsa sensación de seguridad que sería francamente perjudicial para la salud del niño".

Cirigliano participó en el Consenso Nacional de Prevención del ahogamiento El Niño y el Agua 2009, en el cual la Sociedad Argentina de Pediatría concluyó: "Es fundamental explicar inequívocamente a los padres, que la participación de sus hijos en estos programas de ninguna manera garantiza que exista una razonable certeza de que puedan mantenerse a flote o nadar hasta que llegue el eventual auxilio en una emergencia. La creación no programada de una falsa sensación de seguridad en los padres, es la única salvedad al examinar las actividades acuáticas previas a la edad mayoritariamente aceptada para el aprendizaje consciente y duradero".

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