Pero se desconoce cuál es el secreto de un programa efectivo, dijo a Reuters Health la autora principal del estudio, doctora Vicki S. Conn, de la University of Missouri, en Columbia. "Contamos con muy buenas evidencias de que las intervenciones funcionan. Lo que no podemos concluir es qué intervención es mejor", agregó.
El equipo de Conn analizó docenas de estudios sobre programas laborales de actividad física. Los estudios incluyeron a unas 38.000 personas.
Los autores hallaron efectos positivos significativos de las intervenciones sobre la "actitud hacia la actividad física", es decir, si las personas adoptaban o no más movimiento, y también sobre el nivel de aptitud física.
El programa impulsó también cambios saludables en los lípidos (grasas dañinas en sangre, como los triglicéridos), el tamaño corporal y el presentismo y el estrés laboral.
Los programas más efectivos compartieron ciertas características: instalaciones para hacer ejercicio, se desarrollaron con ayuda de la empresa y los participantes pudieron hacer ejercicio en horas de trabajo, en lugar de tener que llegar más temprano o salir más tarde.
No obstante, se desconoce si las recompensas ayudaron a lograr esos cambios. Si bien existen escasas evidencias sobre los costos a largo plazo de las intervenciones laborales para aumentar la actividad física, Conn señaló que el hecho de que disminuyera el ausentismo sugiere que ayudarían a ahorrar dinero.
La nueva investigación es parte de un estudio más grande, financiado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos sobre las intervenciones para aumentar la actividad física. Mientras que existen evidencias de que el ejercicio es bueno para la salud, la autora agregó que "se ignora cómo hacer que la gente haga ejercicio", y este estudio ayudaría a responderlo.
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