Las personas que tienen problemas coronarios deberían ser controlados rutinariamente por depresión, una complicación común que puede volver más probable un segundo ataque al corazón
Las guías publicadas el lunes por la Asociación Estadounidense del Corazón reflejan la creciente evidencia de que la depresión suele seguir al ataque cardíaco y que los pacientes cardíacos deprimidos corren más riesgo de tener más problemas en el corazón. "Los estudios muestran que la depresión es casi tres veces más común en los pacientes después de un ataque al corazón que en la comunidad general", dijo Judith Lichtman, de la Escuela de Medicina de la Yale University, quien ayudó a escribir las nuevas guías, que aparecen en la revista Circulation.
"Dado que no ha habido controles de rutina para la depresión en los pacientes cardíacos, creemos que hay una gran cantidad de personas que podría beneficiarse con el tratamiento adecuado", señaló la experta en un comunicado.
Lichtman indicó que se necesitan más estudios para comprender por qué los pacientes cardíacos son más propensos a tener depresión.
Para Barbara Forman de Dayton, Ohio, la depresión se estableció poco tiempo después de su doble cirugía de bypass, hace cinco años. "Tenía la idea de que sería una inválida por el resto de mi vida", manifestó.
Forman, quien cree que la enfermedad cardíaca impulsó su depresión, recibió ayuda a través de medicación y ahora es voluntaria de Mended Hearts (Corazones Enmendados), un grupo de apoyo.
Recibir ayuda salvaría vidas, dijo Lichtman. Los estudios mostraron que los pacientes cardíacos con depresión son más propensos que otros a dejar de tomar los fármacos que necesitan y menos proclives a mantener dietas saludables y realizar ejercicio regularmente.
La depresión también puede traer cambios en el cuerpo, incluidos un menor ritmo cardíaco y aumentos en factores sanguíneos que incentivan la formación de coágulos.
El grupo recomienda controles tempranos y reiterados para la depresión. Los pacientes cardíacos que muestran signos de depresión deberían ser evaluados por un profesional médico y controlados por otros trastornos psiquiátricos, como la ansiedad.
Entre las opciones terapéuticas se encuentra el ejercicio, los antidepresivos, la rehabilitación cardíaca o una combinación de estos enfoques.
No hay comentarios:
Publicar un comentario