Lo sugiere un estudio publicado por un revista norteamericana sobre un trastorno que afecta a 300.000 argentinos
Mantenerse físicamente activo ayudaría a las personas con diagnóstico de enfermedad de Alzheimer leve a retrasar el avance de este trastorno neurodegenerativo que afecta a 300.000 argentinos según surge del estudio publicado en Nuerology, una revista médica de la Asociación Americana de Neurología, de los Estados Unidos.Se comparó a través de estudios de imágenes los cerebros de personas mayores de 60 años con o sin Alzheimer en niveles leves y las que eran menos activas físicamente, cuando se los comparó con adultos normales, tenían una reducción del cerebro cuatro veces mayor que aquellos pacientes que eran físicamente más activos.
Para el director del estudio las personas con Alzheimer temprano podrían ser capaces de preservar su función mental por un lapso mayor y reducir la cantidad de volumen cerebral perdido si realizan ejercicio físico en forma regular.
Pero aunque se podrían obtener beneficios con bajos niveles de ejercicio, pareciera existir una relación dosis-respuesta, según la cual los niveles más altos de ejercicio proveerían beneficios superiores a los niveles más bajos según informa el diario La Nación.
La enfermedad es neurodegenerativa y lesiona progresivamente la memoria, el pensamiento y la conducta, y se manifiesta generalmente después de los 60 años de edad. Entre sus síntomas iniciales se cuentan: dificultad para recordar el nombre de objetos conocidos; trastornos de la personalidad; pérdida de interés por aquello que antes se disfrutaba; dificultad para realizar tareas de cierta complejidad mental.
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