La reflexología es una terapia alternativa que consiste en aplicar presión sobre los puntos reflejos de las manos, los pies y las orejas. Se basa en el principio de que esos puntos están relacionados con las glándulas y los órganos internos.
De hecho, a cada zona del pie, de las manos o de las orejas, le pertenece alguna parte del cuerpo. Entonces, al presionar un punto reflejo se puede equilibrar el flujo de energía y así corregir el mal funcionamiento del organismo.
En las plantas de los pies, por ejemplo, hay cerca de 70.000 terminaciones nerviosas. Estas son parte de las "zonas longitudinales" por donde pasa la energía. Para la reflexología el cuerpo se divide longitudinalmente en diez zonas, cinco de cada lado. Van desde las puntas de los dedos de los pies hasta la cabeza y luego hasta la punta de los dedos de las manos (o viceversa). La primera zona va desde el primer dedo del pie hasta el centro de la cabeza y luego hasta el dedo pulgar. La segunda zona va desde el segundo dedo del pie hasta la cabeza y hasta el dedo índice, así sucesivamente con el resto de las zonas.
Al hacer presión sobre un punto reflejo se actuará sobre el órgano del cuerpo que se encuentre en la misma zona.
Los reflexólogos pueden trabajar sobre el sistema endocrino, constituido por las glándulas endocrinas que son las que producen hormonas. También, esta terapia actúa en el sistema digestivo y en los órganos reproductores del hombre y la mujer. Y muy especialmente trabaja sobre el sistema musculoesquelético y el sistema nervioso.
Sistemas musculoesquelético y nervioso
Los sistemas musculoesquelético y nervioso constituyen la estructura que nos permite movernos. El primero está compuesto por los huesos y músculos. El segundo se compone del encéfalo, la médula espinal y los nervios que se ramifican a partir de esos órganos.
Las zonas reflejas que corresponden a estos dos sistemas se distribuyen por los pies y las manos.
Un tratamiento reflexológico alivia los espasmos musculares y favorece la coordinación de movimientos. Esto ocurre porque calma los impulsos eléctricos que se originan en el encéfalo y que se transmiten por la médula espinal. De esta manera se estimula la relajación de los músculos, de los ligamentos y de los tendones.
Pero este tratamiento es, además, holístico, es decir que considera al cuerpo como un todo. Y como el encéfalo y la médula espinal envían información a todo el cuerpo, con la reflexología se estimulan incluso órganos sensoriales, la piel y todos los músculos.
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