lunes, 15 de agosto de 2011

Cómo perderle el miedo a las cirugías estéticas

Muchas mujeres, a lo largo de su vida, se plantearon cómo sería operarse para mejorar su aspecto estético. Pero siempre encontraron trabas al momento de entrar en acción y decidirse por el quirófano.

Para el especialista en cirugía plástica, estética y reparadora Marcos Alberto (MN 81904), ellas no optan por el cambio por miedo, debido a que “muchas veces se han escuchado o visto complicaciones que hasta han puesto en peligro la propia salud, que está por encima de la cirugía estética”.

Dudas más frecuentes

¿Qué diferencian los riesgos de una cirugía estética de otro tipo de cirugías o de otras actividades que no se relacionan con lo quirúrgico?

“Primero y principal, que la cirugía estética es algo ‘electivo’, o sea que no es una cirugía de urgencia o programada para tratar un problema de salud, sino que es algo por lo que uno opta para verse mejor. Realizarse una lipoescultura, un implante mamario o una rinoplastia es una decisión sin urgencias. Además, la gran mayoría de los pacientes son personas sanas en lo que respecta a su salud, lo cual minimiza los riesgos de la cirugía”.

¿Como hacer para minimizar los riesgos de una cirugía estética?

“La consulta debe hacerse con especialistas en esta rama, pudiendo acceder a sus antecedentes profesionales. Existen muy buenos especialistas en la Argentina.

La experiencia del profesional es muy importante. Pero eso no se relaciona siempre con la edad de su doctor, ya que hay cirujanos jóvenes con mucha experiencia y otros con algunas canas más que conjugan la experiencia con la sabiduría que dan los años.

La seguridad antes de llegar al quirófano también la aporta el haber realizado un buen diagnóstico previo de lo que se quiere corregir, y haber elegido el tratamiento adecuado.

Ese proceso comienza en la primera consulta con su cirujano, donde es fundamental que el paciente especifique cuáles son sus antecedentes médicos (enfermedades previas o actuales, medicamentos que toma regularmente, si se sometió a algún tratamiento quirúrgico, alergias, etcétera) además de sus expectativas. Ello va en conjunto con exámenes médicos prequirúrgicos (análisis de sangre, cardíacos, radiografía de tórax, etcétera), que serán la guía para que el cirujano tenga la certeza de que esa persona se encuentra en condiciones de realizar su cirugía.

Por ello al paciente debe exigírsele que se realice todos los estudios prequirúrgicos, junto con sus antecedentes médicos, para asegurarse que está en condiciones óptimas y minimizar los riesgos. Así, el equipo quirúrgico (cirujano, anestesiólogo, arsenalera, ayudante cirujano) contará con todos los detalles para que la cirugía sea un éxito.

Otra cuestión fundamental es que la clínica o sanatorio donde se realice el procedimiento cuente con todas las normas de bioseguridad y tenga la complejidad necesaria para actuar ante la más mínima de las complicaciones.

El “dónde” y el “con quién” son las dos preguntas fundamentales que deberán hacerse antes de decidir su cirugía.

También es muy importante que los materiales que se utilicen (prótesis mamarias, glúteas, sustancias de relleno, etcétera) se encuentren autorizados por los organismos de control de Salud Pública y que los procedimientos que se realicen tengan años de testeo previo. Hay que recordar que antes de que un tratamiento o procedimiento quirúrgico se encuentre autorizado se requieren mucho tiempo de experimentación.

La mejor garantía que un paciente puede tener antes de su operación es que se hayan ultimado hasta los mas mínimos detalles, para que su cirugía sea exitosa y, por sobre todas las cosas, SEGURA”.

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