Si bien los deportes y el ejercicio siempre se recomendaron para mantenerse en forma y mejorar diversos aspectos de la salud física, un nuevo estudio reveló que también son buenos para entender y pensar mejor
Una investigación de la Universidad de Sahlgrenska encontró que los adultos jóvenes con buen estado físico tienen un mejor coeficiente intelectual. Pero los científicos aclararon que esa asociación no tiene nada que ver con la cantidad de músculos de una persona.
Michael Nilsson, uno de los autores principales del estudio, explicó que "estar en forma significa que el corazón marcha bien, los pulmones tienen una buena capacidad y el cerebro recibe todo el oxígeno que necesita". "Esta podría ser la causa por la que observamos una relación tan clara entre el coeficiente intelectual y el estar en forma, pero no vimos ninguna conexión con la fuerza muscular", agregó según publicó el sitio Neomundo.
El coeficiente intelectual (CI) se calcula a partir de una serie de tests enfocados en medir la inteligencia. Aunque algunos especialistas aseguran que este sistema es inadecuado o insuficiente, se utiliza ampliamente para conocer la capacidad de las personas e identificar si tienen algún tipo de dificultad.
Para pensar mejor
Los investigadores trabajaron con 1,2 millones de hombres suecos que pasaban por sus años en el servicio militar. Todos ellos habían nacido entre 1950 y 1976. Luego de analizar a fondo su estado físico, completaron los tests de coeficiente intelectual.
Los científicos observaron una relación clara entre estar en forma y obtener mejores puntajes en las pruebas de CI, y subrayaron que los resultados más destacados se obtuvieron en el pensamiento lógico y la comprensión verbal.
Por otro lado, también estudiaron hombres más jóvenes, de entre 15 y 18 años, y notaron cómo la actividad física mejora el desempeño cognitivo.
lunes, 28 de diciembre de 2009
Actividad física y dieta saludable: el mejor combo de la vida sana
Tanto para adelgazar como para mantenerse en forma, la actividad física debe acompañar una alimentación saludable. El tipo de entrenamiento, según cada necesidad
Los beneficios del ejercicio aeróbico (caminar, nadar, bailar, andar en bicicleta, entre otros) fueron comprobados por múltiples estudios y, entre los más importantes, se encuentra el entrenamiento cardiovascular y la pérdida de peso dado que favorece un gasto energético importante que dependerá de la actividad, el tiempo que se le dedica y la intensidad con que se la realice.
Recientes investigaciones señalan que para aumentar los beneficios de cualquier rutina aeróbica lo ideal es combinarla con un trabajo de fuerza, en especial cuando el objetivo es -además de tonificar los músculos- adelgazar.
El sitio Terra publicó que "trabajo de fuerza" no significa levantar pesos imposibles, sino que se trata de hacer ejercicios localizados (como los abdominales o el trabajo de glúteos) y añadirles un peso "extra" que bien puede ser una botellita de agua mineral o mancuernas (pequeñas pesas) de 1/2 kilo para trabajar brazos y espalda, o usar pesitas con velcro ajustadas a los tobillos para hacer una caminata más energizante.
La intensidad dependerá de su nivel de entrenamiento, y deberá aumentar progresivamente.
El trabajo con pesas tiene el beneficio doble de no sólo "quemar grasa" en el momento de la ejercitación, sino además poner en marcha un mecanismo orgánico a través del cual el cuerpo continúa haciéndolo aún después del entrenamiento.
La mejor forma de bajar de peso y mantenerse es armar una rutina que combine el movimiento aeróbico con un trabajo de fuerza.
Para poner en marcha una rutina combinada, en primer lugar es importante seleccionar el tipo de actividad que disfruta. A partir de eso, organizar un plan semanal que reserve al menos 30 minutos de la jornada para dedicarse al movimiento.
Los beneficios del ejercicio aeróbico (caminar, nadar, bailar, andar en bicicleta, entre otros) fueron comprobados por múltiples estudios y, entre los más importantes, se encuentra el entrenamiento cardiovascular y la pérdida de peso dado que favorece un gasto energético importante que dependerá de la actividad, el tiempo que se le dedica y la intensidad con que se la realice.
Recientes investigaciones señalan que para aumentar los beneficios de cualquier rutina aeróbica lo ideal es combinarla con un trabajo de fuerza, en especial cuando el objetivo es -además de tonificar los músculos- adelgazar.
El sitio Terra publicó que "trabajo de fuerza" no significa levantar pesos imposibles, sino que se trata de hacer ejercicios localizados (como los abdominales o el trabajo de glúteos) y añadirles un peso "extra" que bien puede ser una botellita de agua mineral o mancuernas (pequeñas pesas) de 1/2 kilo para trabajar brazos y espalda, o usar pesitas con velcro ajustadas a los tobillos para hacer una caminata más energizante.
La intensidad dependerá de su nivel de entrenamiento, y deberá aumentar progresivamente.
El trabajo con pesas tiene el beneficio doble de no sólo "quemar grasa" en el momento de la ejercitación, sino además poner en marcha un mecanismo orgánico a través del cual el cuerpo continúa haciéndolo aún después del entrenamiento.
La mejor forma de bajar de peso y mantenerse es armar una rutina que combine el movimiento aeróbico con un trabajo de fuerza.
Para poner en marcha una rutina combinada, en primer lugar es importante seleccionar el tipo de actividad que disfruta. A partir de eso, organizar un plan semanal que reserve al menos 30 minutos de la jornada para dedicarse al movimiento.
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