viernes, 15 de mayo de 2009

Comer en la oficina y no romper la dieta es posible

A la pregunta inicial de esta nota de Infobae.com acerca de si es posible estar fuera de casa 12 horas al día y comer sano, la profesional consultada respondió con otra pregunta: ¿Quién dice que comer fuera de casa es sinónimo de comer mal?

Al parecer, pese a que mucha gente que trabaja en oficinas a menudo descuida su alimentación, comer sano fuera de casa es sólo cuestión de organizarse.

Quien quiere comer "sano" y no caer en la tentación de sandwichs, snacks o comida rápida suele recurrir al tupper con algo de la cena, lo cual acaba siendo aburrido porque comer siempre lo mismo no le gusta a nadie. Así, se suele almorzar poco y sin ganas, para luego excederse a la hora de la cena.

"Alimentarse saludablemente no implica una vida de restricciones. Nada más alejado de la realidad que creer que comer poco es signo de buena dieta", aseguró la licenciada en Nutrición Vanesa Weisinger (MN 4.441), quien agregó que "para una correcta nutrición es fundamental un estilo de vida saludable que comprenda una alimentación balanceada, acompañada por la práctica regular de actividad física".

La variedad de lo que se come, junto con la mesura, el tamaño de las porciones y el control de las cantidades es la clave del éxito del plan alimenticio.

Según explicó Weisinger, "la alimentación debe adaptarse al tipo de trabajo; es muy diferente lo que necesita comer una persona que realiza tareas que requieren esfuerzo físico, que alguien que trabaja sentado durante muchas horas en una oficina".

Recomendaciones para quien almuerza fuera de su casa
• Planificar la alimentación de todo el día antes de salir de casa
• Al levantarse tomar un completo desayuno (infusión, tostada o cereales, y una fruta ayudará a comenzar el día con más energía)
• Llevar al trabajo las colaciones que consumirá durante el día (algunas opciones pueden ser un yogur descremado saborizado o con frutas o cereales, cuatro galletitas, una fruta chica, un vaso de ensalada de frutas, una gelatina dietética, dos vainillas o dos bay biscuit)

De esta forma, evitará el consumo incontrolable del famoso paquete de galletitas arriba del escritorio, o de la docena de facturas que compramos entre todos.

A la hora del almuerzo, si prefiere despejarse y salir a comer a un restaurante, es recomendable un lugar que disponga en su menú de alternativas bajas en grasa o su versión light: carnes magras (lomo, cuadril, peceto) a la plancha, parrilla, al horno y de guarnición puede ser vegetales crudos, vegetales al vapor.

"Comer con calma y después dar un paseo de diez minutos, favorece la digestión, y permite desconectarse para volver a la oficina", destacó la profesional.

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